Ser mamá y trabajar… es un dilema

Puede una mujer decidirse a aceptar dos roles a la vez y desarrollar ambos en forma competitiva?
Afortunada o desafortunadamente les ha tocado a las mujeres vivir una época de presiones contradictorias. Es real que existe una censura por lo que hacen y por lo que no hacen, más aun cuando se trata de trabajo y familia.
Hoy en día se espera que la mujer tenga éxito tanto en su hogar con todo lo que implica como mantener la casa ordenada, limpia, preparar comida balanceada, la ropa lavada, doblada y guardada, hijos contentos y satisfechos emocionalmente, ser esposa y compañera y en el trabajo ser responsable, puntual y enfocada. Muchas lo logran; se asume como una realidad pero lo importante es dilucidar la forma de hacerlo para que la próxima generación de bebés y sus padres no tengan que sufrir por esto o terminar devastados en el intento.
Abraham Zaleznik (1977) en su discurso en Harvard Business School dijo que: “estos dos enfoques, los cuales nunca podrán relacionarse, serán distintos para cada mujer” influye la crianza que ella haya recibido, el orden de prioridades que haya establecido, la flexibilidad y el control que tenga de sí misma.
En el trabajo la mujer debe ser práctica, emocionalmente controlada, enérgica sin oportunidad al desgano o bajo rendimiento y directa en el manejo del cargo y en el trato con los demás; además de eficiente, centrada, enfocada.
Pero una mujer eficiente podría no ser el mejor tipo de madre para sus hijos, porque en casa la mujer debe ser dócil para identificar las necesidades de los miembros de la familia y lograr el equilibrio entre todos, afectuosa e interesada pues a cada instante recibirá de cada uno de sus miembros anécdotas del día, conflictos, alegrías y debe estar ahí atenta para escuchar, responder y conciliar; debe estar dispuesta a experimentar y aprender de sus fracasos día a día porque en la crianza y en la organización de un hogar no hay recetas, ni estructuras, ni manuales de procedimiento y abierta al cambio, dispuesta a entender que en la crianza de los niños todos los días son iguales, que cada día que crecen sus necesidades e intereses también lo hacen, que lo que hoy funcionó es posible que mañana no.
La mujer siempre debe estar preparada para que las cosas no funcionen y estar capacitada para compensar los efectos de esto sin generar estrés en ella, asumiéndolo con naturalidad.
Entender y asumir que la mujer es totalmente capaz de hacer cambios engranaje rápidamente y sin demasiada angustia de un enfoque a otro, puede ser la clave del éxito en estos dos papeles tan diferentes.
Luisana Lopezrojas
Educadora Prenatal . Doula . Especialista en Mommy & Me www.themommysheart.com @themommysheart

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