Ser mamá luego de la infertilidad

Nathali Carrasquero

@infertilluegomama

Para la mayoría de las mujeres casarse y tener hijos forma parte de un sueño o una meta al momento de formar una familia. Pues bien, no siempre es como lo planificamos, ni todo es color de rosa, a veces el postergar la maternidad por la realización de otras metas como obtener un trabajo ideal parecieran tener prioridad, lo que hacen en muchas oportunidades es toparnos de frente con una realidad y una enfermedad: la infertilidad.
Quiero aclarar que la infertilidad es una enfermedad que al igual que otras amerita estudios, diagnóstico, tratamiento y que suele declararse en una pareja que mantiene relaciones frecuentes luego de un año sin protección o anticonceptivos. Cuando ese bebé no llega, empieza a generarse un estrés en la misma pareja y en el entorno que los rodea, resaltando entre ellos la presión familiar o de amigos con preguntas o comentarios a veces hirientes del por qué no llega ese bebé.
Es un camino que puede ser largo, doloroso física y emocionalmente , es lidiar con algo incierto porque no es fácil entender los diagnósticos, las condiciones físicas, los tratamientos de reproducción asistida, la familia pidiendo ese bebé, el dinero y además con un porcentaje de éxito que no se acerca al 70% ni siquiera .
La pareja necesariamente debe consolidarse ante la enfermedad, ya que no es culpa de ninguno de los dos el no embarazarse, es como decir que eres culpable por que estas enfermo, es ilógico, además en muchas ocasiones es una mezcla de características físicas o genéticas de ambos.
Usualmente y varias bibliografías sostienen que la pareja pasa por etapas en la enfermedad: al principio negación, luego enfado, frustración , depresión o tristeza y finalmente negociación que es cuando la pareja decide invertir en tratamiento de reproducción asistida que los lleva a: inseminación, in vitro o ICSI .
Ser mamá luego de la infertilidad simplemente nos fortaleció a mí y a mi esposo como pareja, llegamos a un apoyo y solidaridad ideal, nos hizo soñar con ese hijo y quererlo antes que llegara, nos hizo plantearnos e incluso prometernos ser excelentes padres, es amar sin medida a alguien que invitas que venga a tu vida y particularmente en nuestras vidas fue una renovación de fe auténtica.
Hoy luego de quedarnos sin ahorros, llorar a escondidas, evitar reuniones familiares que me hacían sentir interrogada, tener unos kilos de más por tantas hormonas, infinidades de inyecciones, estudios dolorosos o traumáticos, un in vitro negativo y otro positivo: logramos nuestro sueño de ser padres: de unos gemelos , hembra y varón, con un embarazo perfecto sin novedades, de 38 semanas, a término, con pesos de 7kilos entre ambos, sin necesidad de cuidados especiales, directo a mis brazos y con plena felicidad. Comparto con todas esas parejas el que se convirtió en mi lema: una mujer infértil puede ser madre primero con el corazón y con el alma antes que con el cuerpo. #sisepuede

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.