Preparación para la llegada

¿Cómo va a nacer tu bebé?

Cuando una mujer recibe la noticia de estar embarazada, se generan en ella muchas emociones como alegría y temor, a veces hasta sorpresa y seguridad. Lleva días aceptar lo que es realmente estar gestando una vida.

Sin embargo, no son tantos los días, las madres y las recién madres tienen el don de asumir casi de inmediato la maternidad. Desde el momento que lo saben, pueden hacer cambios en su alimentación para hacerla más sana, dejan algunos vicios que pudieran ser perjudiciales al bebé; cambian sus rutinas diarias y mucho más.

Avanzado el embarazo, quizás cuando ya empieza ser más evidente, empieza el cuestionamiento con respecto a cómo va a nacer el bebé. Muchas nuevas madres ya tienen claro y definido esto, pero la gran mayoría, de las madres vulnerables escuchan a quienes posiblemente de manera ingenua, les dicen que ha sido lo mejor o lo peor de su historia.

Opinan y hasta se imponen generando dudas y miedos de lo que debería ser un proceso espontáneo y natural en la mujer. Aparecen cuestionamientos como: ¿qué será lo mejor?, ¿qué es lo que quiero?, ¿qué es lo más cómodo?, ¿qué es lo que menos duele?.

Las personas que directamente influyen en estas decisiones son el obstetra, los padres de la recién mamá y la pareja, quedando relegada la opinión de la propia madre, la que parirá, o la que en su defecto, se someterá a una cirugía.

Desde hace unos cuarenta años atrás, surgieron los grupos de apoyo y capacitación para las embarazadas, pero las últimas generaciones han decidido informarse más y formarse sobre su nueva condición, lo cual les ha permitido definir qué es lo que realmente quieren y necesitan en su embarazo y sobre todo en lo más esperado: “la forma de nacimiento de su bebé”.

Hoy se lucha por volver a la naturalidad, a lo fisiológico, a lo normal, es por ello, que se invita a la mujer a parir, a dejar que su cuerpo les diga: “¡estas lista!”, “darás a luz al ser que creaste”.

El énfasis en luchar es porque el auge de la comodidad, y el control absoluto, pasó por encima de lo natural. Abiertamente se le plantea a la mujer escoger la fecha de nacimiento de su hijo e interrumpir el proceso normal por el que atraviesa como mamífero que es.

Resulta que la cesárea como procedimiento quirúrgico se creó para intervenir en una situación de riesgo, en la que es esencial salvar vidas, tanto de la madre, como del bebé y no una opción cómoda con horario y fecha establecida.

El parto vaginal con analgesia es opción para muchas, a quienes le insisten en “no” sentir dolor, un dolor que obviamente hay que sentir para poder parir a conciencia. De esta manera se monitorean las contracciones y es el especialista quien guía a la mujer a pujar para parir.

Y la última y no menos importante de las formas de nacimiento es el parto natural, que requiere autocontrol, auto convicción y empoderamiento, es el proceso más común y ahora el menos usado, es el más primitivo, en el que la respiración es el foco, en el que cada movimiento del bebé y su entusiasmo por nacer lo percibe la mamá y que sólo ella sabe el momento en el que se llenará de energía para hacerle nacer y llevarle de inmediato a sus brazos, es la forma que brindó la madre naturaleza, en el que solo hay una protagonista: MAMÁ.

En fin, cada quien escribe su propia historia en la maternidad, cada quien elige, según su forma de pensar, su forma de vivir. Lo clave es hacerlo por su propia convicción y sobre todo de forma consiente y responsable.

 

Luisana López Rojas

Educadora Prenatal . Doula . Especialista en Mommy & Me www.themommysheart.com @themommysheart

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