Jainewel Romero
@unamamasinfiltro
La mayoría de las personas consideran las festividades navideñas un tiempo importante para compartir y disfrutar “en familia”, pero qué hacer cuando tu hijo adolescente te dice: “Mamá… Papá quiero pasar nochevieja o año nuevo con mi novia/o”.
Existen familias con tradiciones muy arraigadas por lo que este tema puede generar dificultades a la hora de tomar una decisión, si queremos llegar a un punto medio, es importante considerar varios factores.
El primer factor para tomar en consideración es la etapa en la cual se encuentra nuestro adolescente, no es lo mismo hablar de un adolescente entre 13 y 16 años que uno entre 17 y 19 años, la visión del mundo exterior, los intereses, y la experiencia de vida es totalmente distinta.
También debemos considerar la naturalidad de su deseo, a esta edad es una prioridad para ellos el relacionarse con su grupo de pares y más aún si estamos hablando de esa persona importante y significativa para él/ella, conocer esto nos ayudará a entender que es una etapa y no un rechazo hacia nosotros.
Otro aspecto muy importante es revisar que tan negociables pueden ser las tradiciones familiares para ambos padres, en cuales aspectos podemos ceder y en cuáles no, si estamos dispuestos que vaya de visita a la casa de su novio/a o recibir en nuestra casa a su novio/a, tener claro esto nos ayuda a tener argumentos para explicarle nuestra postura a nuestro hijo.
Por otra parte, otros elementos que pueden influir a la hora de tomar una decisión es el tiempo de relación que tienen los adolescentes, si las familias se conocen o no, si ha habido visitas o reuniones previas, si están dispuestas a recibir otra persona en los días festivos o si ambas familias están dispuestas a reunirse y compartir juntas.
Tomar esta decisión no es fácil para muchos padres, ya que nos contacta con la realidad que nuestros hijos están creciendo, que se están volviendo más autónomos e independientes y que en ocasiones van a pensar diferente a nosotros.
Lo cierto es que antes de imponer una negativa rotunda podría ser beneficioso que discutan el tema en familia y con una escucha activa le demos la oportunidad a nuestro adolescente de exponer sus razones y sus motivos, que validemos sus emociones y que tratemos de negociar sus deseos y los nuestros.
Tratemos de hacer memoria y contactemos con nuestra propia adolescencia, con nuestro sentir y nuestras emociones en esa época así podremos ser más empáticos con ellos, consideremos que las cosas han cambiado en el mundo desde nuestra adolescencia. Tomemos la decisión que tomemos estará bien y será mucho más fácil si tenemos un buen manejo de la situación.
¡Felices fiestas!