Por Luis Parraga
No es secreto para nadie el beneficio que tiene la práctica del deporte en los niños. Pero de todos los deportes, probablemente el fútbol es el más popular entre los chiquitos en todo el mundo. Muchos juegan al fútbol con pelotas de trapo, e incluso con algún objeto que no sea redondo, porque el arte de patear un objeto es algo innato en el ser humano.
Por ello que el fútbol se convierte en una de las disciplinas más importantes para el desarrollo de un niño. ¿Cuáles son sus beneficios?, pues muchos.
A pesar de la corta edad que pueda tener un niño, desde los cinco años los pequeñitos pueden jugar al fútbol. Esto ayuda a incrementar su potencia muscular, mejora la capacidad cardiovascular, oxigena la sangre y otros beneficios a nivel físico.
Pero sin duda alguna lo que aporta la práctica del fútbol a nivel social también es importante. El niño que juega al fútbol (como cualquier otro deporte de conjunto) aprende el valor de trabajar en equipo, con la particularidad de que en el balompié es necesario “juntarse” con el compañero para conseguir un objetivo.
Asimismo se estimula el valor de la disciplina. Como siempre hemos comentado, el rol de los padres es clave en este tema. Un padre que respete al entrenador de su hijo será un perfecto ejemplo para que su hijo respete a su coach. Lo mismo pasa con los árbitros, compañeros de equipo e incluso los rivales en la cancha.
Una vez más es necesario recordarles a los padres que hasta cierta edad el deporte en los niños es algo meramente recreacional y el fútbol no escapa a esta realidad.
Hasta los doce años, los infantes ven al fútbol como una manera de divertirse, de participar en un simple juego, por lo que la capacidad de los representantes y entrenadores de aplaudir y apoyar sea cual sea el resultado es necesario.
Fomentar en los más pequeños el sentido del triunfo y la necesidad de destacar tiene un tiempo de espera. La recomendación para los papás es que, al igual que los niños, disfruten el momento en el que sus hijos estén en la cancha… Finalmente el fútbol sigue siendo un juego.