Los 5 errores más comunes que cometemos los padres primerizos

Marjorie Gómez
@gomez_mgv

Durante el ejercicio de mi carrera he podido descubrir aquellas pequeñas cosas que no te enseñan en las universidades, esos aprendizajes que solo te da el escuchar, ver, entender y analizar, cada uno de los casos que llegan buscando orientación. Una de las frases que siempre escucho es: “No sé qué hacer con mi hijo(a)”, siempre me lleno de asombro cuando hablamos de niños entre 3 a 6 años.
Los niños son un reflejo de su casa, cuando vienen al mundo, son como arcilla en manos del artesano, solo que en este caso son los padres, quienes los van moldeando, entregándole sus mejores cualidades y muchas veces sus peores defectos.
Es una realidad que nadie nos enseñó a ser papas, ni nos entregan un manual de uso al salir de la clínica, por lo tanto enseñamos, lo que aprendimos, lo que vimos o lo que creemos es lo mejor. Es por estas razones que quisiera compartir lo que según mi experiencia, son los principales errores que cometemos, cuando nos sumergimos al mundo de la maternidad.
1.- Sobreproteger
Este es el error más común que se comete con el primer hijo; aunque son un regalo maravilloso y debemos demostrarles nuestro afecto, amarlos, cuidarlos y tratarlos con cariño; cuando no tenemos límites, es muy sencillo caer en la sobreprotección, le impedimos a nuestros hijos su pleno desarrollo por temor a que algo les pase. Muchas veces queremos evitarles las dificultades, negándoles la posibilidad de resolver ellos situaciones acorde a su edad y desarrollo, es aquí donde comenzamos a enseñarles a ser temerosos, traspasando el límite de cuidar y mantener a salvo para comenzar a sobreproteger.
2.- No colocarle responsabilidades porque está muy pequeño
Cuando de disculpar a los hijos de sus responsabilidades se trata, la frase común es “él está muy pequeño”, de acuerdo a su edad y desarrollo cada niño es capaz de tener sus propias responsabilidades dentro del hogar, recoger sus juguetes es el comienzo en la enseñanza de tener obligaciones, ser considerado y practicar el respeto.
3.- Creer que los niños aprenden más de lo que se les dice que de lo que ven
Incontables veces podemos ver a un adulto enseñar que mentir es malo, “no se debe mentir” les repetimos sin parar, sin embargo los adultos mienten todo el tiempo a su alrededor y él está en constante aprendizaje, escuchando y absorbiendo, lo que ve y lo que escucha. Si Digo “no debes mentir Juana, sonó el teléfono: Juana si es María, le dices que no estoy” debemos saber que Juana acaba de aprender que mentir está bien cuando me conviene. Es así como enseñamos todos los días a nuestros hijos, desde pequeños están observando aquellos modelos a seguir, que son los adultos que lo educan.
4.- Considerar que los niños no entienden porque son pequeños
Nuestros hijos están aprendiendo desde el vientre materno, comienzan escuchando nuestra voz, que reconocen al nacer, luego descubriendo que cuando tienen hambre lloran y lo alimentan, así sucesivamente van conociendo el mundo a través de su experiencia. El niño que llora constantemente para que lo saquen de la cuna y lo carguen, entendió que si llora lo suficiente alguien vendrá a colocarlo en esos cómodos brazos que tanto le gustan, es por eso que debemos enseñar correctamente, no siempre voy a cargarte cuando lloras, reviso que todo está bien, no hay un dolor, fiebre, hambre, pañal sucio, frio, calor, una picada, un animalito en la cuna…entonces ya sé que estas bien y seguro, por lo tanto no voy a cargarte, porque no siempre puedo concederte lo que quieras.
5.- No saber disciplinar
Existen muchos debates con respecto a este tema, en mi opinión profesional y personal, no estoy de acuerdo con el castigo físico, considero que el 99,9% es necesidad del padre (entiéndase, padre, madre, abuela(o), cuidador) de drenar su frustración por no conseguir del niño lo que espera que haga o que deje de hacer. Podemos indagar y encontrar ayuda con apoyo de psicopedagogía, psicología y otras especialidades, para descubrir una gama de posibles herramientas que podemos utilizar para canalizar las conductas inadecuadas de nuestros hijos. “Corrige al niño de hoy para que no debas maltratar al joven de mañana”.

Para terminar me gustaría decirles que lo más importante es enseñar con amor y paciencia, conversa con tu hijo y explícale calmadamente lo que quieres que haga, puedes estar seguro de que a su ritmo entenderá lo que esperas de él.

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