Yosy Finol @yosyfinol
Creadora de @ligero.express
Ex Reina de Belleza
Cocinera Saludable
La alimentación principal de un bebé hasta el año de vida es la leche. El precisa de la leche de su madre para desarrollarse tal y como se espera que lo haga. En algunos casos, en vez de leche materna se le da leche artificial, que no es lo mismo, pero solventa las necesidades nutricionales básicas del bebé.
La leche materna es el alimento que los bebés deben tomar hasta los seis meses de vida (exclusivamente). Hasta esa fecha, no hay nada mejor que ofrecerles, así que no se recomienda que tomen nada más. En caso de que tome leche artificial la recomendación es la misma, mejor hasta los 6 meses con solo leche artificial. Sin embargo, como la leche artificial no tiene las mismas propiedades que la leche materna, se permite en muchas guías que los bebés que toman biberón empiecen con la alimentación complementaria antes, entre los 4 y los 6 meses. Nunca, nunca, se debe empezar antes de los 4 meses.
El objetivo de que empiece a comer a los 6 meses es empezar a complementar a la leche materna. No sustituir, en realidad, sino complementar. Seguir dando el pecho a demanda, pero empezar a darles comida con una cuchara para que empiecen a probar nuevos sabores, a conocer nuevas texturas, a masticar y a ir comiendo, ya, los alimentos que comerá el resto de su vida.
TRITURADO O PAPILLA?
Hasta hace unos años la alimentación complementaria se ofrecía siempre en papilla para que el bebé hiciera con ella lo mismo que con la leche, tragar sin masticar. Sin embargo, algunos teóricos empezaron a pensar que era un poco absurdo acostumbrarles a la papilla para que luego se tuvieran que acostumbrar a la textura semi-sólida, y recomendaron alimentar directamente con trozos. A esta corriente se la denominó «Baby Led Weaning» y los niños que lo han probado con éxito han dejado a sus padres boquiabiertos y muy felices, pues casi desde el primer día comen lo mismo que ellos.
No es una técnica que funcione con todos los bebés, «En mi caso, este método me ha funcionado de maravilla con mi bebe que ya tiene 10 meses de vida». Otros niños optan por mover la comida en la boca y acabarla escupiendo. Otros se atragantan hasta más no poder y, como toda madre tiene un límite de sustos, a la que ve que sucede en dos o tres ocasiones, prefiere dejarlo para más adelante y recuperar la tradición de décadas atrás.
Lo ideal es que coman trozos desde el principio, porque es lo más cómodo para todos, pero la opción del puré o papilla siempre queda ahí por si acaso se considera necesaria. Si no sabes muy bien cómo hacer que coman trozos, en mi cuenta de Instagram @ligeritos puedes encontrar muchas publicaciones en la que ofrecemos unas cuantas ideas.
COMO EMPEZAR?
Tiempo atrás había muchas normas en relación a los alimentos. Unos se daban a una edad determinada, otros a otra, había que esperar un montón de días entre alimentos, el gluten se daba tarde y, en general, era todo un poco complicado. Ahora sabemos que en realidad es todo más fácil de lo que lo explicábamos y casi se puede decir que, en esto de dar alimentos a los bebés, solo hay una regla: ofrecer los alimentos de uno en uno.
De uno en uno quiere decir que el primer día que le ofrecemos algo de comer solo le podemos dar una cosa (que llamaremos ingrediente A). El primer día le damos el ingrediente A. Lo prueba, lo escupe, lo vuelve a probar, traga un poco, tira otro poco al suelo, se restriega el resto por la cara, la ropa y el pelo, prueba otro poco, traga otro poco y pide teta (esto sucederá casi siempre… que después de comer, por poco o mucho que coma, pedirá teta).
Durante la tarde y la noche observamos que todo esté bien: que no vomite, que no tenga diarrea, que no haga eccemas o ronchas en la piel, que no se le hinchen los párpados, la lengua, etc. (si se hincha algo, corriendo para el hospital), hay que observar durante, mínimo 3 días, que el alimento que ha probado no le sienta mal para que, en caso de que sospechemos reacción alérgica o intolerancia, lo retiremos de su dieta.
Después de asegurarnos que el ingrediente A lo tolera perfectamente le ofrecemos el ingrediente B. Como además ya ha probado el A, podemos juntar A y B en la misma toma o, si no pegan ni con cola, dar B en algún momento del día y repetir A en otro momento. De nuevo, observamos tres días enteros a nuestro bebé para descartar que el nuevo alimento B le siente mal.
Luego añadimos el ingrediente C, que se sumará a lo largo del día con A y B, si es que ambos le sentaron bien. Y así lo hacemos día a día hasta que haya probado unos cuantos. No hay prisa en realidad, pero sí hay que tener claro que todo lo que queramos que pruebe debe estar separado al menos tres días de la novedad anterior.
Lo recomendable es ofrecerlo en la hora del desayuno o en la hora de la comida, porque así, si hay una reacción alérgica, no nos pilla durmiendo (nada de inventos por la noche). Además, interesa hacerlo en momentos en que estemos mamá o papá y tengamos carro, por si hay que correr al hospital. Dejarle a la abuela la responsabilidad de ofrecer nuevos alimentos, y que en caso de urgencia la pille sola con el bebé sin posibilidad de llevarle a urgencias puede ser un trauma para ella y peligroso para el bebé.