Joseleim González
El hábito oral más común en los niños es la succión digital o como comúnmente lo llamamos “chuparse el dedo”, y se genera normalmente como una forma de satisfacer una necesidad en el niño, otorgándole seguridad y una rica sensación de contacto. La mayoría de las veces el niño lo realiza cuando está cansado o con sueño, también cuando está solo, ya sea antes de dormir o viendo televisión; sin embargo, el problema se produce cuando este hábito se mantiene una vez iniciado el cambio de dentición. Por lo que si al año de edad, el niño ha adoptado este hábito, es recomendable intentar sustituirlo por un chupete o chupón.
Las consecuencias en la cavidad oral de este hábito vienen dadas por la posición baja de la lengua que deja de ejercer presión sobre el paladar, la presión pasiva del dedo sobre las arcadas dentarias y la fuerza que ejerce el dedo contra el paladar.
Algunas consecuencias que se pueden observar en niños que se chupan el dedo son: mordida abierta, los incisivos centrales se van hacia delante, se puede alterar la posición de los incisivos inferiores, entre otros, así como también se pueden producir en los dedos, deformaciones, infecciones por hongos y hasta problemas de lenguaje.
Como padres es importante que al tomar medidas para eliminar este hábito, no se ridiculice ni se castigue al niño por que se chupa el dedo, ya que les genera vergüenza e incluso una baja aceptación social. Por el contrario, se recomienda que los padres le digan al niño que lo deje de hacer cada vez que lo vean y felicitarlo, hacer refuerzo positivo con premios, usar modelos ya sea con un hermano mayor o amigo, ya que los niños al buscar aceptación social tratan de imitar lo que hacen los demás; o utilizar distractores para desviar la atención del niño hacia otra cosa.
Finalmente, la indicación de tratamiento y el momento dependerá de la edad del niño, de la capacidad de cooperación tanto de parte del niño como de los padres, de la severidad del hábito y del daño que esté produciendo. Por lo que es recomendable acudir a un especialista para que evalúe y determine el plan de tratamiento a seguir.