Yulissa Pacheco
Mamá de 3 hermosos hijos, Esposa, Blogger y Autor del Libro » Lo Mejor de ser Mamá»
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Si bien es cierto que la maternidad es una etapa de vida hermosa, que en lo personal invito a todas quienes son madres a disfrutar al máximo, no deja de ser de gran importancia el tomar tiempo también para nosotras. Muchas veces caemos en esto de estar tan entregadas a nuestros hijos, a las responsabilidades del hogar, entre tantas otras cosas que nos hacemos a un lado a nosotras mismas, hasta el punto de no llegar a reconocernos y es en este punto donde comienzan una serie de conflictos.
Cada vez que tengo la oportunidad de conversar con una mamá, le recuerdo y sugiero lo importante de dedicarse tiempo y esto incluye hacer todo lo que quizás ya no con la misma holgura de tiempo acostumbraba a realizar (ir a la peluquería, tener una salida a la semana con la pareja y salir con amigas). Cuando te conviertes en madre pareciera que estos momentos quedan a un lado, pero no tiene por qué ser así.
Muchas mujeres terminan cayendo en un cansancio o en un mal humor crónico. Podemos estar más vivas, enérgicas y tranquilas atendiendo un poco mejor nuestras necesidades básicas. Es muy común hoy en día cuando nos reunimos a conversar entre mujeres, escuchar que el tema principal es: «Estamos agotadas» y es totalmente comprensible, a mí me sucede en ocasiones. Cuando sumamos todas las actividades que hacemos cada semana desde atender a nuestros hijos hasta cumplir con muchas otras responsabilidades, es probable que la presión y el estrés se quieran apoderar de nosotras; es por esto que es tan importante compartir y conversar sobre estas cargas con otras mujeres. Esto nos ayudará a comprender que no estamos solas y que a muchas nos pasa, debemos descansar y cuidarnos más.
La psicóloga clínica María Álava, explicaba en una entrevista publicada que: «Los hombres se perdonan muy bien a sí mismos y a los demás, mientras que las mujeres perdonamos muy bien a los otros, pero somos demasiado autoexigentes y nos responsabilizamos de todo» ¿Te suena conocido?. Muchas mujeres se sienten identificadas con esto, tal vez nunca has pensado que eres demasiado autoexigente, pero en realidad te esfuerzas al máximo para tenerlo todo controlado, entre otras cosas porque el caos y el desorden te produce más estrés que estar siempre haciendo algo. Y eso, un día tras otro, acaba por agotarte.
Muchos hombres ayudan: se ocupan de fregar los platos, se planchan su propia ropa, pasan el aspirador; es de agradecer su colaboración, pero no se puede decir que esto sea exactamente «compartir las tareas». Aunque supone una ayuda, sigues teniendo la sensación de que eres la responsable de que todo funcione y que no te puedes relajar. Así que amigas tenemos que priorizarnos y cuidarnos si no queremos vernos expuestas a sufrir cansancio crónico, un desgaste exagerado y, en general, un envejecimiento prematuro, o aún peor, sufrir de enfermedades degenerativas.
Así que amiga mía, cuidémonos más porque vivir siempre con cansancio no tiene ningún sentido.