Cómo preparar una lonchera escolar saludable

Para la mayoría de los padres el tema de la lonchera escolar es de especial importancia y preocupación. ¿Qué preparar? ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo almacenarlo? El desayuno ha sido tradicionalmente en nuestro país una comida ligera y mal planificada, sobre todo con nuestros hijos. Muchas personas consideran que han desayunado tras haber tomado únicamente café, jugo o galletas lo que está muy lejos de ser una dieta equilibrada. Hay que tener en cuenta que durante toda la noche el cuerpo se ha mantenido en funcionamiento gracias a las reservas de energía aportadas durante la cena. Es en el momento del desayuno cuando el cuerpo debe de renovar sus reservas energéticas para poder desarrollar su actividad durante la mañana y el resto de la jornada.

¿Qué ocurre si no desayunamos? Algunas de las consecuencias de saltarse el desayuno son decaimiento, falta de concentración y mal humor, debido al déficit de glucosa que produce el ayuno. Hay que recordar que a primera hora de la mañana el organismo lleva ya entre 8 y 10 horas sin recibir ningún alimento. La falta de glucosa empuja a nuestro cuerpo a quemar otras reservas energéticas, lo que causa múltiples alteraciones en el normal funcionamiento orgánico. En la edad escolar, esto condiciona el aprendizaje y acarrea un descenso del rendimiento, ya que la capacidad de expresión, memoria, creatividad y resolución de problemas pueden afectarse.

Un buen desayuno debe de cubrir un 25% de las necesidades de calorías diarias, al tratarse de una de las comidas principales. El desayuno es fundamental para los niños en edad preescolar y escolar ya que se encuentran en una época de crecimiento y desarrollo. Un buen desayuno mejora el estado nutricional, aumenta el rendimiento físico e intelectual, el buen humor y regula el control de peso, entre otros beneficios.

Entre opciones saludables para una lonchera tenemos: arepitas o cachapas con queso blanco fresco, leche descremada o yogurt con cereal y frutas, pan integral tostado con mermelada y queso fresco, empanadas integrales horneadas con pollo o queso, tortilla española, panquecas de avena con miel, sándwich con queso fresco y/o jamón, galletas integrales con queso o atún, entre otras opciones ricas y saludables. Puedes acompañar estos alimentos con fruta natural o en jugo no endulzadas o leche descremada y gelatina.

Recuerda que si tu niño mantiene un peso saludable y realiza actividad física durante la infancia, tiene menos probabilidades de padecer sobrepeso y complicaciones cardiovasculares en la edad adulta. Por ello, ¡pon atención en su alimentación!

Samar Yorde
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