Carolina Montoya: la pastelera de los artistas

Maquetas de Azúcar: la reinvención de una arquitecta que logró conquistar Estados Unidos

Carolina es de nacionalidad colombiana, estudió Arquitectura en su país y tras realizar una especialización en México, decidió un cambio en su vida hace 13 años, irse al sur de la Florida, donde trabajó como maquetista en una importante firma de Miami, especializada en prototipos para edificios de lujo de la ciudad.

Aunque percibía un salario privilegiado y su vida marchaba sin contratiempos, en el 2008 la crisis del sector inmobiliario hizo que la compañía donde trabajaba con su esposo, Fernando Puga, se viera obligada a cerrar sus operaciones y en sólo 24 horas, ambos pasaron a formar parte de la tasa de desempleados del Estado.

En ese momento de adversidad, donde apremiaba la necesidad de producir para cubrir los gastos, Carolina hizo uso de su creatividad y se le ocurrió unir sus conocimientos de pastelería, aprendidos con su mamá en la infancia, con sus técnicas en el diseño de maquetas. Así fue como empezó a cocinar sus propios sueños, hizo cursos para conocer sobre los materiales especiales en la preparación y decoración de tortas y le dio rienda suelta a su talento e imaginación. Sus diseños novedosos y arriesgados llamaron la atención de quienes probaban sus deliciosos y llamativos pasteles, una verdadera obra de arte, que superaba las expectativas de familiares y amigos.

Esta gran emprendedora, nos comentó que su vida cambió cuando pasó del anonimato a ser una figura pública, gracias a un artículo publicado por la periodista de la Agencia de Noticias EFE, Zayra Mo, titulado: “Colombiana derrota a la crisis con tortas de diseños”, esa publicación tuvo un efecto dominó en otros medios que se identificaron con la historia y catapultaron a esta talentosa arquitecto en diferentes países. La destacada periodista y fotógrafa boricua, llegó a conocer su trabajo a través de la afamada red social Facebook, recurso que Carolina usaba asertivamente para promocionar sus creaciones, a bajo costo, y desde ese entonces, se ha convertido en su mejor aliada y promotora.

A lo largo de estos 8 años, llovieron las entrevistas, la admiración y el apoyo de quien ha tenido el gusto de deleitarse con sus originales creaciones. Esta talentosa y versátil profesional, ha preparado verdaderas obras de arte a clientes como: Daddy Yankee, Nicky Jam, Prince Royce, Chino y Nacho, Gloria Trevi, Oscar D’León, Cristian Castro, Cabas, Pitbull, Kevin Hart, entre otros, convirtiéndose en la pastelera favorita de los famosos.

Carolina considera que todo en su vida ha engranado perfectamente. La marca «Unique Designer’s Cake» se ha posicionado de tal manera, que la revista especializada “Food Network Magazine”, la ubicó dentro de las 5 mejores pastelerías de los Estados Unidos. A pesar de su éxito y reconocimiento, ella conserva su humildad y sencillez, con deseos de seguir brindando atención personalizada a sus clientes y satisfacer las peticiones sobre diseños únicos.

Sin duda nuestra invitada es una mujer de retos. Hace dos años y medio, junto a su esposo, retomaron el negocio de las maquetas arquitectónicas, regresando al mercado con su propia compañía: «Sketch Scale», la cual trabaja de manera independiente y ha estado subcontratada desde entonces, por firmas de renombre en la industria.

En el momento de mayor plenitud, llegó a su vida Leonardo, un pequeñito de 2 años, que le ha hecho conocer el significado más puro del amor. Leo promete ser el sucesor perfecto, se pasa la mayor parte del tiempo en la pastelería, los materiales para decorar terminan moldeándose en sus manos, mientras que la talentosa empresaria divide el tiempo en sus grandes pasiones: “El ser mamá le ha dado una dimensión diferente a mi vida, las prioridades giran ahora en torno a mi hijo y mi familia”, comentó. Divide su tiempo entre el bakery, maquetas y ser mamá.
Después de todas las pruebas superadas, Carolina piensa que no le tiene miedo a nada. Su vida es ejemplo de que los sueños se hacen realidad, con trabajo, esfuerzo, talento, dedicación y en su caso, un golpe de suerte.

Por Maryorie González

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