Desde la pre historia hasta nuestros días, la relación perro-niño ha desempeñado un papel muy importante, gracias a esta estrecha relación de convivencia se ha permitido que los pequeños desarrollen conocimientos básicos sobre la vida y la muerte, el crecimiento, el sexo, la reproducción, la salud, el dolor, la enfermedad, la higiene y otros cuidados como la alimentación.
Se han realizado estudios que demuestran la interacción de los niños con las mascotas, por ejemplo, las edades de entre 2 y 3 años tienden a golpear y empujar a sus mascotas creando comportamientos que pueden considerarse como agresivos. De los 3 a los 4 años los niños tienden más a acariciar a sus mascotas, pero estos aún no están preparados para adoptar las responsabilidades que tengan que ver con el cuidado de una mascota. Entre los 5 y los 6 años de edad, en general, abrazan, estrujan y masajean a sus mascotas; es desde ese momento donde podemos, como padres, hacerles ver la responsabilidad hacia su mascota, creándoles labores básicas para que estos realicen y desarrollen una mejor relación con su mascota, mientras que a su vez estos desarrollan habilidades responsables que le pueden ayudar en un futuro.
Tener una mascota hace que los niños participen más de los deberes en el hogar, también mejora la capacidad de los niños de ser responsables, poniéndose en el lugar de las mascotas y pensar como el animal se siente.
¿Por qué incluir una mascota en la vida de un niño?
Una mascota es capaz de educar social y psicológicamente al niño, el perro en particular es muy expresivo, fiel, leal, siempre está satisfecho del poco o del gran afecto que se le demuestre, enseñando al niño a ser agradecido ante pequeños regalos; el gato, entre tanto, lo enseña a ser independiente y autónomo, ya que no siempre responde a peticiones de juego con el niño.
Son muchos los beneficios que representa tener una mascota para los niños:
• Beneficios para la salud; como por ejemplo, tener una raza chihuahua evita el asma en los niños.
• Permite que los niños sean menos agresivos.
• Mejora la autoestima.
• Ayuda a que el niño tenga su propia responsabilidad por que este lo va a ver como su hijo, ya que estará o estarán obligados a alimentarlos, limpiarlos y cuidar de ellos.
• Aumenta la actividad física del niño permitiendo que nuestros hijos no sean sedentarios.
• Solamente con una caricia que se le da a la mascota regula el ritmo cardiaco.
• Otro de los beneficios es el social, ya que al permitirle al niño pasear a su mascota le estamos favoreciendo la relación con otras personas, porque la misma mascota atrae la atención de otros transeúntes.
• Aporta seguridad a sus dueños, logrando que estos se sientan protegidos.
• Proporciona aceptación y amor hacia sí mismos.
De lo antes escrito, como padres, tenemos el deber de enseñar a nuestros hijos el valor y la responsabilidad de tener una mascota, permitiéndole saber que tendrá la capacidad de demostrar su habilidad en la crianza de la mascota y que a su vez sepa que no es un juguete sino que necesita muchos cuidados.
Yuruanny Vargas
yuruvargas@yahoo.com