“Hablar de Pocholin es sinónimo de tradición familiar, calidad y vanguardia”
Alessandro Di Benedetto introduce la marca al mercado americano
Por Maryorie González
Pocholin es considerada la marca de calzado infantil número 1 de Venezuela, nació hace 55 años, gracias a la valentía y el talento de Filippo Di Benedetto, quien abandonó su querida Sicilia, con apenas 14 años para cumplir su sueño de convertirse en zapatero profesional. Aprendió el oficio en Milano y años más tarde, se trasladó a Venezuela, donde se inicia en la confección de calzados vendidos por él mismo de casa en casa. Filippo tendría el éxito por el que siempre trabajó, no sólo estableció una de las fábricas más sólidas del país, sino que transmitió su mística y humildad a sus hijos, quienes lo relevarían en esta gran empresa familiar. Su hijo Alessandro es el menor de 4 hermanos, desde los 18 años aprendió las diferentes áreas de producción para hacer de un pedazo de piel, el calzado ergonómico más usado por los niños venezolanos.
Aunque este joven se dedicó a ser zapatero por tradición familiar, ahora valora lo aprendido. Alessandro se desempeñó como gerente de planta de producción de suela, plantilla, taller de costura, talleres externos, departamento de cortado, de componente o material del calzado y fue el responsable de compra para las tiendas, experiencia que lo llevó a convertirse en uno de los pocos gerentes en el área de calzado infantil que ha llegado al tope de la industria.
¿Qué ha sido lo más difícil de ingresar al mercado americano?
“Nuestro calzado se caracteriza por el soporte ergonómico, lo que hace que el tobillo del niño se mantenga firme, los ayuda a formar su arco, pero en EE.UU. nos hemos adaptado, aquí nos funciona el diseño de una línea más flexible, innovar con otros modelos, como las ballerinas que han sido un éxito. También recibimos asesoría en las ferias de Europa sobre moda e innovación, para estar a la vanguardia del mercado mundial”. Alessandro habla tres idiomas, pero cuando estableció su tienda en Detroit, perfeccionó el inglés para vender sus productos en las ferias de New Jersey, Atlanta, Michigan y Florida.
¿Qué estrategia usaste para promover la marca?
“Mi estrategia fue comprar en el show de Las Vegas las marcas americanas, lo que me permitió conocer la tendencia del mercado y alternarlas con mi marca, eso me funcionó”.
¿Qué opina tu papá sobre colocar la marca en EE.UU?
“Hijo has hecho paso de gigante, qué orgullo”, afirmó.
¿Cuál es tu sueño?
“Ser distribuidor de la marca a nivel nacional, tener en cada Estado vendedores aliados que representen nuestros productos.”
¿Tu experiencia como inmigrante?
“La vida de inmigrante es difícil, tengo el compromiso de seguir adelante con mi esposa y mis 3 hijos: Anna Laura, Alesia y Fabrizio. He logrado cumplir mis metas, no me gustaba vender y justamente a eso me dedico ahorita con pasión, convicción y fe, la vida siempre me reta”.
¿Qué le dices a la familia Pocholin?
“El logro pertenece también a los 300 trabajadores venezolanos que han dedicado su vida a producir uno de los mejores calzados del país, muchos de ellos por más de 40 años. Seguimos creyendo en Venezuela y ahora vamos por otros mercados”.
Pocholin se expande más allá de las fronteras venezolanas, es una marca de calidad, sembrada en el corazón de su gente. Hoy Alessandro intenta repetir la hazaña de su padre, es un inmigrante con un talento inigualable, un visionario que se atrevió a recorrer su propio camino, inspirado en conquistar el llamado sueño americano.